El PRTR contribuye a la consecución de los objetivos climáticos para 2030 y a cumplir el objetivo de neutralidad climática para 2050, buscando un crecimiento medioambientalmente sostenible y justo a medio y largo plazo.
Todos los recursos públicos y privados de este Plan se destinan a la recuperación de manera respetuosa con el medio ambiente. Así, en su ejecución, la totalidad de las medidas del Plan (reformas e inversiones) deben cumplir con el principio de no causar un perjuicio significativo al medio ambiente (principio DNSH por sus siglas en inglés, Do No Significant Harm) y en su conjunto alcanzar el mínimo del 37% de contribución climática, habiendo llegado al 40% aproximadamente en España.